HACER AMIGOS NUEVOS... UNA LECCIÓN

Digamos la verdad: Los niños son buenos, o al menos desean naturalmente serlo. Los niños malos no existen, o no deberían existir. Los niños malos son en realidad «hombres viejos», o sea, niños que a punta de golpes y desilusiones le han cerrado la puerta a su niño interior. En lo más profundo de cada uno de nosotros aún somos, y podemos volver a liberar, al niño que llevamos dentro. Haz que el niño que fuiste no se avergüence del adulto que eres.