Sully reivindica el factor humano como elemento imprescindible para la validez de la investigación. Ante un hecho de tal trascendencia hay que entender la humanidad de los pilotos. De nada valen los simuladores de vuelo si se prescinde del factor humano. Sólo cuando esto sea tenido en cuenta, la investigación llegará a la verdad.
La conclusión es muy clara: todos podemos ser héroes, todos podemos dar lo mejor de nosotros mismos para salvar vidas. Cuando las personas se unen para hacer el bien son capaces de hacer milagros. El capitán Sully reivindica la heroicidad de su compañero de cabina, de toda la tripulación, de los pilotos de barcos que acudieron en ayuda, de los policías, los bomberos, los médicos…Cuando todos juntos damos lo mejor de nosotros mismos para hacer el bien somos capaces de hacer milagros. Esa es la grandeza del factor humano.
Película moral, humana, bien construida…un canto a la generosidad, a la ética, a la familia y la amistad. Una invitación a ser buenos y a descubrir el bien del que somos capaces. Con casi 87 años Clint Eastwood está en plena forma. Este anciano cineasta ha venido a recordarnos nuestra condición humana contándonos el “milagro del Hudson” con una película que es también otro milagro.