1. La maternidad
El comercial habla del miedo infundado a “ser mamá sí o sí”
y va mucho de la mano con el debate actual de la maternidad como un derecho a
elegir, e incluso de cierto modo cuestiona a quienes deciden dedicarse a sus
hijos y aplaude a quienes han decidido no serlo. Sin embargo, en esa idea se
pierde de vista algo fundamental y es que muchas mujeres vemos a la maternidad
como un aspecto esencial de nuestras vidas, incluso aquellas mujeres con
vocación religiosa, despliegan ese instinto maternal a través del cuidado y
entrega a los demás.
2. La soledad
Con una imagen recurrente de una señora mayor rodeada de
gatos, se representa al segundo fantasma: el de “quedarse sola”. Nuevamente, en
el comercial, se proyecta a la soledad y al no tener pareja como una victoria y
esto en realidad, tiene varios matices. Por un lado, comparto el hecho de que
la soledad, aunque difícil, puede también llegar a ser positiva como un período
de autoconocimiento y una oportunidad de vivir distintas experiencias con
alegría. Sin embargo, el video no muestra que abrirse a los demás y valorarlos
como son, es también es una experiencia bonita y enriquecedora.
3. La culpa
El video enfoca este punto en ‘la culpa’ que puede sentir
una mujer al dedicar tiempo a otras actividades que no tienen que ver con
dedicarse al cuidado del hogar y la familia. Y aunque debo decir que una mujer
sí se enfrenta a esta disyuntiva en algún momento de su vida, también creo que
es factible encontrar un equilibrio entre el desarrollo profesional y la vida personal
y familiar, como lo han demostrado muchas mujeres.
4. La alegría
Para cerrar con los fantasmas sociales, el comercial retrata
la presión de estar alegres y positivas permanentemente. Es cierto que, en el
mundo de hoy, todos nos enfrentamos a una cantidad abrumadora de frases e
imágenes de positivismo que incluso a veces logran ocultar las realidades
tristes y difíciles que son parte de la naturaleza humana. Pero eso no quiere
decir que, también es muy bueno encontrar alegría en medio de la adversidad y
que la naturaleza femenina tiene en su esencia impregnadas las características
de acoger y alegrar.
Al repasar cada uno de estos ‘fantasmas’, he sentido que
efectivamente, algunos de ellos resuenan en mi interior y creería que en el de
cualquier mujer. Pero, es importantísimo ponerles matices y no dejarse
convencer a la primera de que esto se debe simplemente a “la presión social y
el miedo a no encajar” como dice el comercial en su cierre. Y menos aún,
aceptar que la solución más fácil es desechar esos miedos y reemplazarlos por
“otro modelo de sociedad”. Esta presión social puede convertirse a veces en una
ilusoria realidad difundida por el discurso feminista. En el caso de una mujer
creyente, hay muchas aristas que debemos aprender a valorar de nuestra
naturaleza femenina y maternal, que incluyen la fuerza y entereza que nos
impulsan a llegar a nuestras metas sin presiones.
1. La maternidad
El comercial habla del miedo infundado a “ser mamá sí o sí”
y va mucho de la mano con el debate actual de la maternidad como un derecho a
elegir, e incluso de cierto modo cuestiona a quienes deciden dedicarse a sus
hijos y aplaude a quienes han decidido no serlo. Sin embargo, en esa idea se
pierde de vista algo fundamental y es que muchas mujeres vemos a la maternidad
como un aspecto esencial de nuestras vidas, incluso aquellas mujeres con
vocación religiosa, despliegan ese instinto maternal a través del cuidado y
entrega a los demás.
2. La soledad
Con una imagen recurrente de una señora mayor rodeada de
gatos, se representa al segundo fantasma: el de “quedarse sola”. Nuevamente, en
el comercial, se proyecta a la soledad y al no tener pareja como una victoria y
esto en realidad, tiene varios matices. Por un lado, comparto el hecho de que
la soledad, aunque difícil, puede también llegar a ser positiva como un período
de autoconocimiento y una oportunidad de vivir distintas experiencias con
alegría. Sin embargo, el video no muestra que abrirse a los demás y valorarlos
como son, es también es una experiencia bonita y enriquecedora.
3. La culpa
El video enfoca este punto en ‘la culpa’ que puede sentir
una mujer al dedicar tiempo a otras actividades que no tienen que ver con
dedicarse al cuidado del hogar y la familia. Y aunque debo decir que una mujer
sí se enfrenta a esta disyuntiva en algún momento de su vida, también creo que
es factible encontrar un equilibrio entre el desarrollo profesional y la vida personal
y familiar, como lo han demostrado muchas mujeres.
4. La alegría
Para cerrar con los fantasmas sociales, el comercial retrata
la presión de estar alegres y positivas permanentemente. Es cierto que, en el
mundo de hoy, todos nos enfrentamos a una cantidad abrumadora de frases e
imágenes de positivismo que incluso a veces logran ocultar las realidades
tristes y difíciles que son parte de la naturaleza humana. Pero eso no quiere
decir que, también es muy bueno encontrar alegría en medio de la adversidad y
que la naturaleza femenina tiene en su esencia impregnadas las características
de acoger y alegrar.
Al repasar cada uno de estos ‘fantasmas’, he sentido que
efectivamente, algunos de ellos resuenan en mi interior y creería que en el de
cualquier mujer. Pero, es importantísimo ponerles matices y no dejarse
convencer a la primera de que esto se debe simplemente a “la presión social y
el miedo a no encajar” como dice el comercial en su cierre. Y menos aún,
aceptar que la solución más fácil es desechar esos miedos y reemplazarlos por
“otro modelo de sociedad”. Esta presión social puede convertirse a veces en una
ilusoria realidad difundida por el discurso feminista. En el caso de una mujer
creyente, hay muchas aristas que debemos aprender a valorar de nuestra
naturaleza femenina y maternal, que incluyen la fuerza y entereza que nos
impulsan a llegar a nuestras metas sin presiones.