Somos la cultura postmoderna. Cultura de la prisa, de lo inmediato, ya, aquí, ahora. Solo hay que echar un ojo a la publicidad para comprender que el motor de nuestras acciones son pasiones más que razones. Sentimientos. En definitiva, placer. Y en medio de todo esto, nos enamoramos. Y el amor, esto tan propio del hombre, tan atemporal y universal se ve teñido de las circunstancias. Amamos con un amor de la prisa, de lo inmediato, ya, aquí, ahora, cuyo fundamento es el placer. "Estamos juntos porque estamos a gusto" "me gusta estar con él" "me hace sentir bien" "siento placer"... pero si el placer se termina... ¿se termina el amor? ¿o el amor es otra cosa? ¿cual es el lugar del placer? ¿acaso es malo desearlo?